Nadie duda el poder que el presidente Obama, como presidente de la nación de mayor capital político en el mundo, tiene, y cuánto puede influir en cualquier Estado.

En respuesta a la interrogante, ¿Por qué El Salvador? Las razones de su decisión trae especulaciones de sobra. Independientemente de esas razones, hay dos puntos críticos que vale la pena destacar de este evento. En primer lugar, el hecho de que haya elegido El Salvador nos posiciona como un agente importante para los intereses estratégicos y económicos de Estados Unidos, ya que precisamente fue una elección la que se hizo de entre varias opciones. En segundo lugar, parece más difícil de concebir, pero puesto que el territorio salvadoreño ha sido el elegido es porque algún beneficio superior le trae a los norteamericanos, es decir que la visita también les favorece a fortalecer su posicionamiento.

En lo personal y a modo de reforzar lo ya argumentado, la primera razón a mencionar, no necesaria pero probablemente la más importante, es que para el Gobierno de los Estados Unidos somos una pieza clave para sus intereses. No hay que olvidar que aproximadamente dos millones de salvadoreños, legales y no, residen en esa nación, quienes con su trabajo contribuyen al desarrollo y enriquecen la democracia tan solo con su presencia y aporte como grupo étnico. Un segundo aspecto importante es que, como ya ha declarado la misma secretaria de Estado estadounidense, América Latina es una región de oportunidades económicas, la cual no puede ser desapercibida. A esto viene vinculado, como otro tema de interés, la seguridad ciudadana, la cual como ya es conocido no es muy fuerte en la región, menos en nuestro país, por lo que la colaboración del Gobierno estadounidense en aras de la seguridad nacional y regional podría ser de esperar.

Sin pretender quitar importancia a otros conflictos que aquejan a la región, algunos de los cuales destacan en El Salvador, ocuparse de trabajar en las alianzas, la seguridad y las oportunidades económicas es apremiante en estos momentos para el Gobierno de los Estados Unidos. Éste último es importante para comprender algunas decisiones políticas, pues ante fuertes intereses macroeconómicos, los intereses políticos se dejan a un lado, por lo que no conviene descartar la posibilidad de que el presidente Obama busque fortalecer lazos con países con los que actualmente su gobierno no mantiene las mejores relaciones.